“Año 1998, ‘Murga Libertaria Hasta el Hueso’. Veníamos manijeados de las ocupaciones estudiantiles de 1996. Estaba eso de laburar en los barrios, siempre está, por suerte. Armamos la murga. Era el Primer encuentro de Murga Joven, pero a nosotros nos importaba bastante poco eso de concursar. Me acuerdo que comenzaban La Mojigata, La Catalina y Queso Magro. Ellos ya andaban técnicamente bien. Nosotros éramos un desastre, un desastre de verdad. Estuvimos un año tratando de sacar e inventar una presentación. Decía: "Quién se imaginó, que de este barrio saldría la voz" y la verdad que nadie que nos escuchara cantar, se podía imaginar que eso podría convertirse en algo medianamente artístico. Pero a nosotros tampoco nos importaba mucho. Nos juntábamos a ‘conspirar contra el Estado y sus instituciones’, la cosa no pasaba de tomar vino y caer en cana, pero ahí estábamos.
Pasaron por la murga más de 200 vecinos y vecinas. Jóvenes, gente en situación de calle, borrachos y compas de otros barrios. Venían de visita y ya los hacíamos cantar. También venían los del Tump, el flaco Lamolle, el Pinocho...las caras de estos tipos era realmente de incredulidad. No podían creer cómo hacíamos para cantar tan mal y al mismo tiempo pasarla tan bien y ser tantos ”[...]
Nicolás Scarón