El 24 de marzo de 1895 nace Petrona Viera, a quien llamarían afectuosamente “Lala”, primera hija del matrimonio formado por el Dr. Feliciano Viera y doña Carmen Garino. A los dos años Petrona fue víctima de una fuerte meningitis que la deja sordomuda. Desde muy pequeña aprende, con una maestra especializada, a leer las letras y los labios, a escribir y hacerse entender con gestos.Apenas sobrepasada su adolescencia descubre su vocación, comenzando sus estudios artísticos a los 18 años.
El 5 de octubre de 1960, a los 65 años, Petrona muere de cáncer.
Los distintos momentos duros en la vida de Petrona se reflejan en las variaciones estilísticas y los temas de sus obras: la muerte de su padre (1927), y luego de su maestro y amigo Laborde, más tarde la enfermedad de su hermana Lucha, quien ya no la podrá acompañar a pintar, la muerte de Rodríguez, un año antes de la suya, y el avance de su enfermedad que su familia ignoraba.
Fue la primera mujer uruguaya artista plástica profesional. Emergió como pintora en los años veinte, en pleno auge del planismo y estuvo vinculada a la corriente hasta 1943, en la fase más destacada de su producción.
Incursiona por diversas técnicas, entre ellas el grabado sobre madera y metal, con el apoyo del profesor y pintor Guillermo Rodríguez. Esta etapa se prolongará hasta su muerte. A fines de los cincuenta vuelve al planismo, pintando flores y frutas en formatos muy pequeños, quizá carentes de interés.
En cuarenta y cinco años de labor ininterrumpida surgieron variaciones estilísticas y el dibujo las revela de manera inconfundible: las playas uruguayas, el mundo infantil en juegos e interiores, el desnudo femenino, los jardines y los árboles fueron temas esenciales de su quehacer, dejando testimonios de su creatividad en pinturas al óleo, en dibujos, en acuarelas y en grabados.
Su larga trayectoria se evidencia en la periódica participación en exposiciones organizadas por el Círculo de Bellas Artes, en muestras colectivas en el exterior, e individuales en nuestro medio.