Ángel Rama nació en Montevideo en 1926 y murió en Madrid, en 1983. Fue escritor, crítico, editor y docente.
Fue el integrante más joven de la Generación del 45. Estudió arte dramático, derecho y literatura. Luego de colaborar durante años, en 1959 asume la dirección de la sección literaria del semanario MARCHA; asimismo, dirige el Departamento de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Humanidades, Universidad de la República, y colabora con otras publicaciones periódicas, entre ellas, los diarios ACCIÓN y EL PAÍS.
Como escritor, su obra alcanzó un amplio espectro. Encontramos en ella narrativa, crítica, teoría, incluso dramaturgia. Algunos ejemplos son La aventura intelectual de Figari (1951), Tierra sin mapa (1961), Rubén Darío y el modernismo (1970), La generación crítica (1972), Transculturación narrativa en América Latina (1982) y La ciudad letrada (1984).
Nunca expresó una filiación política, pero en 1974, como consecuencia de la dictadura, tuvo que exiliarse. No le parecía correcto vivir en un país con un gobierno que censuraba la literatura y la cultura. En su tierra natal, había sido cofundador de la editorial Arca, durante su exilio en Venezuela será fundador y director de la Biblioteca Ayacucho, a la par de docente en los Estados Unidos, en las universidades de Maryland y Princeton.
En 1983 se traslada a París luego de que su visa estadounidense fuera rechazada. Falleció ese mismo año junto a Marta Traba, su esposa, y a otras importantes figuras de la literatura latinoamericana, en un accidente aéreo en el aeropuerto de Barajas.
”Era un agitador cultural: ese fue su sello personal, que encaró con la arrogancia intelectual, la elegancia y los desplantes de una agudeza infatigable” planteó Alicia Migdal. Por su parte, Saúl Sosnowski sostiene: “sus textos son trayectos animados por la inteligencia fértil que rechaza dogmatismos doctrinarios y que opta por privilegiar la duda y el cuestionamiento a fondo de toda apuesta al conocimiento”.
Fotografía: Elisa N. Nabot