AL PÚBLICO

Vacilando entre temores y esperanzas; poseídos de una vaga inquietud, como el que emprende una marcha por un sendero que le es absolutamente desconocido, —damos á luz el primer número de éste periódico, exponiéndonos á ver desvanecido uno de los sueños que más nos ha acariciado en las risueñas auroras del alma.

Desconsoladora fuera la esperiencia si solo consideráramos la muerte prematura de las publicaciones de este género, intentadas hasta hoy, en nuestro país. —Unas han vivido la vida de la violeta; exhalando su tenue perfume, las más veces ignoradas.

Otras se han destacado con el esplendor sublime del relámpago, desde un cielo preñado de nubes. —Unas y otras, no han conseguido estabilidad.

Pero este fenómeno es sólo debido á causas puramente accidentales, y en manera alguna puede abogar en contra de las facultades creadoras de nuestros conciudadanos.

Por nuestra parte, no osaríamos emprender tamaña obra, como es una publicación semejante, sinó descansáramos con la fé más viva en el concurso que puedan prestarnos las personas ilustradas y laboriosas, en bien de nuestra tan desgraciada cuanto dulce patria.