Redactor responsable: C. D. Otero

¿A qué venimos? Ya lo comprenderá el lector sin necesidad de explicaciones. Si no lo comprende no importa, porque no venimos —líbrenos Dios— en tren de dómines. Además, eso de llegar con anuncios se deja para los "imprescindibles". Nosotros, sencillamente, venimos con una inquietud; la nuestra. Leemos, gustamos, nos hacemos una convicción que reclama lugar para manifestarse y se lo proporcionamos. Eso es todo.

Claro que “no hay nada nuevo bajo el sol”; que RESALTO no puede ser un milagro de novedad. Ni interesa que lo sea. Basta que sea nueva la emoción, nuevo el intento, nueva la alegría de darse. Ello es suficiente para justificar esta forma de voz hecha versos, crítica, recuerdo, esperanza y reafirmación.

No venimos, pues, a “llenar un vacío”, a borrar una lección o a levantar un monumento. Venimos a conversar. Si podemos, en voz sin gritos; tranquila, serena, amigable.